Oh glorioso hacedor de milagros San Antonio te pido humildemente que me mires desde lo alto de Tu gloria y vengas en mi ayuda, te rogamos que nos tomes bajo tu protección y me libres de toda mal y brujería que sobre mi cabeza se posa,
Tu que tienes tanto poder sobre el infierno que eres el terror de los demonios. Ayúdame en mi lucha contra los ataques del Maligno y las personas que quieren mi mal, para que pueda derrotar a mi peor enemigo y triunfar sobre ellos siempre.
Rompe san Antonio toda atadura de brujería o hechicería
(Oración para romper toda atadura brujeria o hechicerías)
Romper de mí y de toda mi la familia, cualquier mala amistad, Te pedimos que nos liberes san Antonio bendito. De todas las formas de brujería, amuletos, escudetes y de todo el mal oculto, Te pedimos que nos liberes de todas las maldiciones.
Confiado en tu poder y en tus sagrados méritos, me encomiendo a ti, san Antonio, y te pido que mires mi amor fiel y sincero y mi firme confianza con la que mi corazón se desborda hacia ti.
Escribe mi nombre en el fondo de tu corazón y déjame ser uno de los que amas y proteges especialmente, para que pueda encontrar refugio en ti de todas mis dificultades y me vea libre de los que quieren mi desgracia.
San Antonio, vencedor de los demonios, te pido humildemente que me mires desde lo alto de Tu gloria y vengas en mi ayuda.
No rechaces mis solicitudes de tu protección, sino apóyame en mis preocupaciones y problemas.
Sabes lo débil y miserable que soy, sabes mejor que yo del mal que hay a mi alrededor y cuánto necesito tu ayuda.
San Antonio, hoy te encomiendo todas mis preocupaciones, tentaciones y angustias. Elijo honrarte siguiendo el ejemplo de tu vida santa.
Ven en mi ayuda cuando deba enfrentar dificultades y decepciones. Que tus oraciones e intercesión obtengan para mí la gracia de Dios.
Con tu ayuda podré comprender más profundamente cuánto me ama Dios, que siempre está conmigo, especialmente en mi sufrimiento.
Obtén para nosotros de su bondad la gracia que deseamos con todo nuestro corazón. Tú, que siempre has sido tan compasivo con los pobres pecadores, no consideras nuestros pecados, sino la gloria de Dios, que será glorificada una vez más por Ti, y la salvación de nuestras almas, que pedimos en nuestra oración.
